• El "Wow! Signal", una potente señal de radio detectada en 1977, sigue siendo un enigma para los astrónomos.
  • Un nuevo estudio ha revisado los parámetros de la señal, calculando una intensidad cuatro veces mayor y una frecuencia más alta de lo estimado previamente.
  • Los investigadores proponen que la señal pudo originarse en una nube de hidrógeno dentro de nuestra galaxia, excitada por un fenómeno astrofísico natural como un magnetar.

Científicos del proyecto AWOW han reevaluado el "Wow! Signal" utilizando datos de archivo y herramientas modernas. La señal, detectada por primera vez el 15 de agosto de 1977 por el observatorio Big Ear, fue tan intensa que el astrónomo Jerry Ehman la calificó con un "Wow!". A lo largo de las décadas, se han barajado diversas explicaciones, pero la naturaleza exacta de su origen sigue siendo objeto de debate.

Los nuevos análisis sugieren que la señal provino de una fuente dentro de nuestra galaxia, moviéndose a una velocidad mayor de la que se pensaba. La intensidad calculada es cuatro veces superior a las estimaciones previas, y la frecuencia revisada se sitúa en 1420.726 MHz. Estas revisiones, aunque parezcan pequeñas en cifras, son significativas para comprender la naturaleza del fenómeno y apoyan la hipótesis de que se trata de un evento astrofísico natural, como el brillo repentino de una nube de hidrógeno causado por un magnetar.

Aunque los investigadores se muestran optimistas sobre la resolución del misterio, el caso aún no está cerrado. El equipo continuará publicando nuevos hallazgos de los datos de archivo en los próximos dos años, con la esperanza de arrojar más luz sobre uno de los fenómenos más desconcertantes de la radioastronomía. La posibilidad de que el "Wow! Signal" sea de origen natural, en lugar de una interferencia terrestre o una transmisión extraterrestre, gana cada vez más peso con estas nuevas investigaciones.