• El juego original, lanzado en 2004, es una adaptación fiel del RPG de mesa 'Vampire: The Masquerade', ambientado en Los Ángeles y centrado en la política vampírica.
  • A pesar de su lanzamiento problemático y plagado de errores, el juego cultivó una base de fans devota que aún lo apoya con mods.
  • Los derechos del juego original están divididos entre Microsoft (a través de Activision) y Paradox Interactive, complicando cualquier intento de remasterización o remake.

 

El principal obstáculo para un remake de Vampire: The Masquerade - Bloodlines reside en la compleja propiedad de los derechos. Paradox Interactive, actual poseedor de los derechos del juego de rol de mesa y editor de la secuela, no adquirió estos derechos hasta 2015. Por otro lado, Activision, la editora del título original de 2004, ahora pertenece a Microsoft. Cualquier intento de revivir el juego requeriría la cooperación de ambas compañías, además de un estudio de desarrollo dispuesto a asumir el proyecto. Si bien no es imposible, especialmente si la secuela tiene éxito, esta intrincada red de licencias presenta un desafío considerable.

Además de las cuestiones legales, el propio contenido del juego plantea serias dudas para una adaptación moderna. Vampire: The Masquerade - Bloodlines, aunque aclamado por su atmósfera y profundidad, es un producto de su tiempo y contiene elementos que hoy serían problemáticos. El juego incluye estereotipos raciales, particularmente en su representación de Chinatown, y contenido adulto explícito, especialmente en lo referente a personajes femeninos. La facción Kuei-jin, por ejemplo, fue eliminada del juego de rol de mesa debido a su contenido orientalista y racista. Estos aspectos, junto con la naturaleza sombría y adulta del universo 'World of Darkness', harían que desarrolladores y editores se lo pensaran dos veces antes de arriesgarse a lanzar una versión moderna que pudiera ser objeto de críticas negativas.