• Reino Unido y Japón pretenden liderar una alianza global para el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) de forma responsable.
  • Ambos países buscan un equilibrio entre la innovación tecnológica y la protección de los derechos humanos y la privacidad.
  • Se propone un modelo de gobernanza de la IA que evite tanto la regulación excesiva como la falta de control, inspirándose en la visión japonesa de "Sociedad 5.0".

En plena "fiebre del oro" de la inteligencia artificial, donde las naciones compiten por capitalizar su potencial económico y social, surge la necesidad de un enfoque equilibrado. Mientras Estados Unidos opta por políticas de "laissez-faire" y China implementa sistemas de vigilancia masiva, la Unión Europea busca controlar el uso de datos y tecnologías de IA con su Ley de IA, lo que algunos critican por frenar la innovación. El Reino Unido y Japón, con economías avanzadas y sectores tecnológicos fuertes, se perfilan como líderes para trazar un tercer camino: uno que proteja los derechos de los ciudadanos y evite resultados discriminatorios, al tiempo que fomenta el uso responsable de la IA para el crecimiento económico y el progreso social.

La asociación digital entre el Reino Unido y Japón, reafirmada recientemente, subraya un compromiso compartido con el intercambio de conocimientos sobre seguridad en IA y gobernanza internacional. Esta filosofía se alinea con la visión japonesa de "Sociedad 5.0", que promueve una sociedad centrada en el ser humano donde el desarrollo económico y la resolución de problemas sociales son compatibles. Si bien ambos países comparten valores sobre ética e innovación en IA, sus propuestas aún no son lo suficientemente distintivas o alineadas para atraer a otras naciones. El Reino Unido, en lugar de una legislación única, ha optado por complementar la ley existente con guías y marcos no estatutarios, utilizando "sandboxes" de IA para permitir la experimentación controlada y la transparencia entre empresas y reguladores. Sin embargo, persisten desafíos estructurales en el Reino Unido, como limitaciones en planificación, financiación e infraestructura, que podrían socavar sus estrategias. Japón, por su parte, está viendo una inversión significativa tanto del gobierno como de actores privados, con planes ambiciosos para el desarrollo de centros de datos y el sector de semiconductores e IA.