• Expertos legales y el exabogado de The Pokémon Company consideran "excesivas" las recientes patentes de Nintendo.
  • Se cuestiona la originalidad y la aplicabilidad de las patentes, especialmente la que cubre las mecánicas de "llamada y batalla" de Pokémon Escarlata y Púrpura.
  • Existe preocupación por el efecto disuasorio que estas patentes puedan tener en el desarrollo de juegos similares por parte de terceros, como el caso de Palworld.

La reciente oleada de patentes presentadas por Nintendo ha generado un intenso debate en la industria, con expertos legales y figuras clave del sector cuestionando su alcance y validez. El exjefe legal de The Pokémon Company, Don McGowan, ha expresado su escepticismo, sugiriendo que Nintendo podría tener dificultades para defender estas patentes en caso de litigio, especialmente si se demuestra la existencia de "arte previo" similar en décadas pasadas. McGowan advierte que, aunque la patente pueda ser cuestionable, su mera existencia podría intimidar a desarrolladores independientes.

La patente en cuestión, con el número 12.403.397, detalla de forma muy específica las mecánicas de "llamada y batalla" introducidas en Pokémon Escarlata y Púrpura. Sin embargo, abogados como Richard Hoeg señalan que el problema no reside únicamente en la posibilidad de demandas, sino en el "efecto de enturbiar las aguas" que estas patentes generan. La mera intención de Nintendo de proteger su propiedad intelectual de esta manera puede ser suficiente para disuadir la inversión y el desarrollo de competidores en el género de "monstruos de bolsillo", independientemente de si se inician acciones legales.

Existe una creciente preocupación de que el sistema de patentes estadounidense no esté adaptado a las complejidades de la industria del videojuego. Hoeg sugiere que las oficinas de patentes a menudo parecen "fuera de su profundidad" al evaluar la propiedad intelectual en este ámbito, lo que podría indicar la necesidad de una reforma. La estrategia de Nintendo, aunque legalmente defendible en algunos aspectos, podría estar ahogando la innovación y dañando de manera cuestionable a la competencia –como se ha visto con Palworld, un tema recurrente en las discusiones sobre la salud del ecosistema de desarrollo de videojuegos.