- Glen Schofield, creador de Dead Space, ha manifestado su deseo de trabajar en un juego de la licencia Alien.
- Exige control creativo absoluto para garantizar la calidad del proyecto, comparando su pasión con la creación de xenomorfos en Midjourney.
- El desarrollador también compartió las dificultades actuales para financiar proyectos originales, citando la reducción de presupuestos como motivo para abandonar un prototipo reciente.
Glen Schofield, el aclamado creador de Dead Space, ha expresado públicamente su gran interés en la posibilidad de desarrollar un videojuego basado en la icónica licencia Alien. Schofield, quien también dirigió The Callisto Protocol, admitió que, aunque prefiere crear sus propias propiedades intelectuales, la oportunidad de sumergirse en el universo de Alien sería muy atractiva. Su fascinación llega al punto de crear variaciones de xenomorfos en herramientas de inteligencia artificial como Midjourney, demostrando una profunda conexión con la estética y el terror que la saga representa.
Sin embargo, Schofield es categórico respecto a las condiciones bajo las cuales aceptaría un proyecto de esta magnitud. Sería innegociable que tuviera el control creativo total sobre el desarrollo. Según sus propias palabras, no podría entregar un juego excepcional a menos que sea completamente suyo y esté profundamente involucrado en cada aspecto. Esta exigencia surge de la experiencia previa en la industria, donde las licencias a menudo vienen con restricciones que pueden limitar la visión artística. A pesar del éxito reciente de títulos como Aliens: Dark Descent, Schofield siente que la propiedad Alien aún tiene un vasto potencial sin explotar, especialmente con la expansión del universo a través de nuevas series y películas.
El desarrollador también aprovechó para compartir su frustración con el estado actual de la financiación en la industria del videojuego. Schofield reveló que un proyecto original que estaba desarrollando con su hija tuvo que ser abandonado debido a las exigencias de reducción de presupuesto por parte de los inversores. Lo que comenzó como un concepto prometedor, con un prototipo y un equipo talentoso, se vio forzado a ajustarse a cifras cada vez menores, llevándolos a desistir. Esta situación refleja una creciente aversión al riesgo por parte de editoriales e inversores, afectando la viabilidad de nuevas ideas y la estabilidad de estudios consolidados. Schofield lamentó la pérdida de la dinámica de equipo y la alegría de crear, insinuando que podría haber dirigido su último juego, aunque sigue dedicado a la creación de arte y narrativas.