• La popularidad de un juego en Game Pass puede dañar sus ventas, según el exdirectivo de Xbox.
  • La mayoría de las descargas de juegos en Game Pass provienen del servicio, a expensas de los ingresos minoristas.
  • El caso de Hi-Fi Rush y el cierre de Tango Gameworks se citan como ejemplo de estas tensiones.

Pete Hines, exvicepresidente de comunicaciones y marketing en Bethesda, ha criticado el "pensamiento cortoplacista" de los servicios de suscripción de juegos como Game Pass. "Si no logras equilibrar las necesidades del servicio y quienes lo gestionan con quienes proporcionan el contenido, sin el cual tu suscripción no vale nada, entonces tienes un problema real", afirmó Hines. "Debes reconocer, compensar y valorar adecuadamente lo que cuesta crear ese contenido, no solo hacer un juego, sino un producto".

Hines considera que esta tensión está perjudicando a muchos, incluidos los creadores de contenido, ya que se adaptan a un ecosistema que no valora ni recompensa adecuadamente su trabajo. Shannon Loftis, antigua directora de World's Edge y vicepresidenta de Xbox Games Studios, reconoció la validez de las declaraciones de Hines. "Si bien Game Pass puede traducirse en algunas victorias con juegos que de otro modo se habrían hundido, la mayoría de la adopción de juegos en GP se produce a expensas de los ingresos minoristas, a menos que el juego esté diseñado desde cero para la monetización posterior al lanzamiento", escribió Loftis. "Podría (y quizás algún día lo haré) escribir sobre las extrañas tensiones internas que esto crea".

El ejemplo más claro de esta situación es Hi-Fi Rush, el juego de Tango Gameworks que, a pesar de atraer a más de tres millones de jugadores y ser calificado como un "éxito rotundo" por Microsoft, no fue suficiente para asegurar la continuidad del estudio. La explicación oficial del cierre fue vaga, pero la conclusión obvia es que crear un juego popular no garantizó la permanencia de sus desarrolladores. La situación pone de manifiesto el debate sobre la viabilidad a largo plazo de modelos como Game Pass, que, si bien son populares y centrales para las ambiciones de Microsoft, han sido criticados por ser "insostenibles" y perjudiciales para la industria.