• Propuesta de cambios en la regulación de IA, ciberseguridad y datos para impulsar el crecimiento empresarial.
  • Modificaciones al Acta de IA permitirían a empresas acceder a datos personales compartidos para entrenar modelos.
  • Revisión de los banners de cookies para simplificar el consentimiento y la gestión de preferencias.

La Unión Europea está considerando una serie de reformas significativas en su marco regulatorio tecnológico. Estas propuestas, presentadas por la Comisión Europea, buscan aliviar las restricciones actuales en áreas como la inteligencia artificial y la privacidad de datos, con el objetivo de estimular el crecimiento de las empresas europeas. La iniciativa surge tras las inquietudes expresadas por grandes tecnológicas como Meta y Google respecto a las estrictas políticas de la UE. Si se aprueban, estas modificaciones podrían eliminar o reducir varios obstáculos para el desarrollo y la expansión de estas compañías en el mercado europeo, al tiempo que se pretende mantener los altos estándares de derechos fundamentales y protección de datos de la región.

Impulso a la innovación y el crecimiento empresarial

Los cambios propuestos en las normativas de IA, ciberseguridad y manejo de datos tienen como fin principal generar un entorno más propicio para el crecimiento de las empresas europeas. Los responsables políticos argumentan que estas reformas promoverán la innovación y la competitividad, sin comprometer los principios fundamentales de la UE en cuanto a derechos, protección de datos, seguridad y equidad. Una de las enmiendas clave afecta al Acta de IA, permitiendo que las empresas accedan a datos personales compartidos para el entrenamiento de sus modelos. Esta medida responde a preocupaciones planteadas por Google, que buscaba mayor flexibilidad en el acceso a datos para el desarrollo de sus sistemas de inteligencia artificial.

Simplificación y alfabetización digital

Además de las modificaciones en el acceso a datos, las propuestas incluyen la simplificación de la burocracia para las pequeñas y medianas empresas. También se plantea la necesidad de que la alfabetización en IA se convierta en un requisito para los estados miembros, buscando mejorar la comprensión y el uso de estas tecnologías en toda Europa. La supervisión de la IA se centralizará en la Oficina de IA, con el fin de reducir la fragmentación en la gobernanza y optimizar la gestión de modelos de IA de propósito general. Las estrictas reglas para el uso de IA en áreas de alto riesgo podrían posponerse hasta que se disponga de los estándares y herramientas de apoyo necesarios para las empresas afectadas, lo que podría retrasar su implementación más allá del próximo verano.

Revisión de la normativa de cookies y privacidad

Las conocidas y a menudo molestas ventanas emergentes de cookies, un elemento central del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la UE, también serán objeto de revisión. Bajo las nuevas propuestas, los usuarios verían estos avisos con menor frecuencia y podrían otorgar su consentimiento con un solo clic. Adicionalmente, se permitiría guardar las preferencias de cookies para que se apliquen automáticamente en el navegador, mejorando la experiencia del usuario. Esta medida busca agilizar la navegación y reducir la fricción en el uso de servicios en línea, un punto que ha sido objeto de debate entre los defensores de la privacidad y la industria tecnológica.

El futuro de la regulación digital en Europa

El paquete de medidas, denominado "omnibus digital" por la Comisión Europea, ahora debe ser aprobado por el Parlamento Europeo, donde podría encontrar una oposición considerable. Si bien la industria de la IA, en pleno crecimiento, probablemente acogerá estas propuestas con agrado, los escépticos podrían interpretar una relajación en la legislación de privacidad e IA como una concesión a la presión de las grandes tecnológicas y figuras políticas. Este giro representaría un cambio notable respecto a la reputación de la UE como un adversario firme de la industria tecnológica, evidenciado por su rechazo previo a las peticiones de Apple para derogar la Ley de Mercados Digitales (DMA) y la negativa de Meta a firmar el Código de Práctica de IA de la UE, calificado por Joel Kaplan, su directivo de asuntos globales, como un "exceso".