• El estreno de Tron: Ares ha recaudado 60,5 millones de dólares a nivel mundial, muy por debajo de lo esperado.
  • La producción ha costado 180 millones de dólares, sin contar gastos de marketing, lo que pone en duda su rentabilidad.
  • El rendimiento inicial es inferior al de Tron: Legacy (2010) y al de Morbius (2022), películas con las que se compara.

El esperado regreso de la saga Tron a la gran pantalla con Tron: Ares no ha cumplido las expectativas en su fin de semana de estreno. La película, protagonizada por Jared Leto, ha recaudado tan solo 33,5 millones de dólares en Norteamérica y 27 millones a nivel internacional, sumando un total global de 60,5 millones de dólares. Estas cifras son significativamente inferiores a las proyectadas por Disney, lo que pone en tela de juicio la viabilidad de futuras entregas y la estrategia de revitalización de la licencia.

La inversión en Tron: Ares asciende a unos considerables 180 millones de dólares, sin incluir los costes de promoción, lo que agrava la preocupación por su rendimiento financiero. Para poner en perspectiva, su predecesora, Tron: Legacy, estrenada en 2010, debutó con 44 millones de dólares en su mercado doméstico y alcanzó los 409,9 millones a nivel mundial (sin ajustar por inflación). El desempeño inicial de Tron: Ares es incluso inferior al de Morbius, la película de Sony del universo Spider-Man estrenada en 2022, que recaudó 39 millones en su primer fin de semana y 167,4 millones globalmente. Las previsiones apuntan a que Tron: Ares difícilmente superará las cifras totales de ambas películas.

A pesar del decepcionante arranque, la saga aún podría tener una oportunidad si la película experimenta una recuperación significativa en las próximas semanas. La próxima semana se estrena en China, un mercado clave que podría influir en su recaudación final. La crítica tampoco ha sido unánime, con reseñas que señalan una falta de identidad y una comparación desfavorable con la entrega original. Otros estrenos recientes, como Roofman y The Smashing Machine, también han mostrado debilidad en taquilla, mientras que One Battle After Another de Paul Thomas Anderson con Leonardo DiCaprio parece tener una mejor acogida.