Gotta Protectors: Cart of Darkness es de esos juegos que, nada más empezar, dejan claro a qué juegan: pura nostalgia visual y locuras jugables, con un toque de estrategia y un sentido del humor muy japonés. Su propuesta mezcla tower defence con acción directa, como si alguien hubiera metido un cartucho de estrategia en una NES y lo hubiera puesto a correr a toda pastilla.

El planteamiento es sencillo: tienes que proteger un castillo móvil —sí, literalmente se mueve— mientras hordas de enemigos intentan destrozarlo. Entre oleadas mejoras a tus personajes, desbloqueas habilidades y eliges cómo montar tu defensa. No es solo machacar botones: hay que pensar bien el equipo, las rutas y las sinergias, porque el caos escala rápido.

La estética es una carta de amor al pixel clásico, con sprites enormes y música chiptune que recuerda a la época dorada de Famicom. Todo está llevado con mucho descaro, desde los menús hasta los diálogos absurdos, que hacen que no te lo tomes demasiado en serio incluso cuando la pantalla se llena de enemigos.

Donde realmente brilla es en cooperativo. Jugarlo solo funciona, pero cuando lo compartes con alguien el nivel de caos se multiplica y lo absurdo se vuelve divertidísimo. Esa sensación de estar defendiendo algo ridículo pero vital, gritando a tu compañero porque dejó pasar a un enemigo, es justo lo que lo hace tan especial.

No es un juego perfecto: se puede hacer repetitivo si le dedicas sesiones largas y exige bastante “grindeo” para desbloquear mejoras. Pero lo compensa con toneladas de contenido y una propuesta tan peculiar que es difícil no engancharse.

En definitiva, Gotta Protectors: Cart of Darkness es una rareza encantadora. Un tower defence que parece sacado de la NES, pero a la vez imposible en el sistema, cargado de humor, caos y partidas que mejoran cuanto más amigos metas en la ecuación.

Gotta Protectors: Cart of Darkness está disponible en Nintendo Switch.