• Errores en cifras sobre el consumo de agua de la IA han generado alarma innecesaria.
  • El uso de agua por centros de datos es complejo y depende de la ubicación y tecnología.
  • Existe una tensión social sobre el valor del agua frente al crecimiento de la IA.

El debate sobre el consumo de agua por parte de los centros de datos de inteligencia artificial (IA) ha alcanzado niveles de alarma, a menudo alimentado por cifras inexactas. Recientemente, se ha puesto de manifiesto un error significativo en una publicación que estimaba que un centro de datos propuesto en Chile podría consumir más de mil veces la cantidad de agua utilizada por toda la población local. Este error, producto de un malentendido de unidades, ha sido corregido, pero subraya la complejidad y la desinformación que rodean el tema.

Uso real del agua en centros de datos

Los centros de datos utilizan agua principalmente para la refrigeración de sus procesadores, que generan una gran cantidad de calor. El agua absorbe este calor y luego se transfiere a torres de enfriamiento, donde se evapora. Si bien algunas empresas optan por agua potable, otras, como Amazon, Meta y Apple, están recurriendo cada vez más a aguas residuales tratadas. La cantidad de agua utilizada varía enormemente según el centro de datos específico, el clima y la tecnología empleada. Es crucial entender que no existe una cifra única aplicable a todos los casos.

Factores que influyen en el consumo

La necesidad de refrigeración se intensifica en verano, lo que puede llevar a un mayor consumo de agua o energía. Además, algunos cálculos incluyen el uso indirecto de agua asociado a la generación de energía necesaria para los centros de datos, lo que puede inflar considerablemente las cifras totales. Sin embargo, la aplicación de este tipo de contabilidad, común para las emisiones de gases de efecto invernadero (Alcance 2), es menos habitual para el agua y puede no ser representativa del uso directo en las instalaciones.

Comparativa con otros sectores

Uno de los argumentos centrales en el debate es la comparación del consumo de agua de la IA con el de otras industrias. Sectores como la agricultura o la producción de bienes de consumo, como una hamburguesa o una camiseta de algodón, tienen huellas hídricas significativamente mayores. Los campos de golf, por ejemplo, pueden consumir entre 100.000 y 2 millones de galones de agua al día por instalación. Esta perspectiva contextual es fundamental para evitar alarmismos desproporcionados.

La importancia de la ubicación y la escasez

A pesar de que en muchas regiones el consumo de agua de los centros de datos no representa una crisis inmediata, los expertos advierten que la situación cambia drásticamente en áreas con estrés hídrico preexistente. En estas zonas, la construcción de nuevos centros de datos puede agravar significativamente los problemas de suministro. La evaluación de cada proyecto debe realizarse en el contexto específico de su diseño y ubicación, considerando la disponibilidad local de recursos hídricos.

La percepción pública y el valor del agua

La preocupación pública por el uso de agua por parte de la IA a menudo refleja una tensión subyacente sobre cómo se valora y se utiliza este recurso. En un contexto de sequías crecientes y sobreexplotación de acuíferos, la sociedad se enfrenta a la necesidad de reconsiderar la sostenibilidad de su modelo económico. La controversia en torno a la IA y el agua puede interpretarse como un reflejo de un juicio social más amplio sobre el valor que se otorga a esta tecnología frente a su impacto ambiental. Es esencial exigir mayor transparencia a las empresas y verificar las estadísticas para un debate informado.