• Order of the Sinking Star es el nuevo y ambicioso proyecto de Jonathan Blow, creador de The Witness.
  • El juego promete una duración de más de 500 horas, con más de 1000 puzles "hechos a mano".
  • Se describe como un "supercolisionador de diseño de juegos" que fusiona cuatro experiencias de puzles distintas.

Nueve años después de The Witness, Jonathan Blow regresa con Order of the Sinking Star, un título que promete desafiar a los jugadores con una cantidad ingente de puzles. El estudio Thekla, liderado por Blow, ha dedicado diez años al desarrollo, creando un nuevo motor y lenguaje de programación. Se estima que los jugadores más dedicados podrían invertir más de 500 horas para completar sus más de 1000 puzles artesanales. La premisa central se define como un "supercolisionador de diseño de juegos", una fusión de cuatro experiencias de puzles completamente independientes que interactúan entre sí, generando un vasto abanico de posibilidades.

El ambicioso diseño de Order of the Sinking Star

Blow explica que, a diferencia de la mayoría de los juegos, donde se refinan las mecánicas hasta alcanzar su potencial, en Order of the Sinking Star partieron de cuatro juegos autocontenidos para luego "unirlos". Este enfoque da lugar a la idea del "supercolisionador de diseño de juegos", donde los elementos de los distintos mundos interactúan, creando una complejidad emergente. El juego se estructura en un enorme mundo abierto, compuesto en realidad por seis mundos interconectados. Cada mundo presenta tipos de puzles únicos, desde los clásicos de empujar bloques hasta mecánicas más complejas.

Mecánicas de puzles innovadoras

Los puzles iniciales involucran la manipulación de bloques, similar a Sokoban, pero con la particularidad de que los personajes jugables introducen giros inesperados. Por ejemplo, un personaje puede empujar bloques, mientras que otro, una ladrona, los arrastra compulsivamente. Un mago, por su parte, se teletransporta e intercambia su posición con los objetos. Blow también introdujo puzles basados en rayos de colores, donde entrar en un haz otorga habilidades temporales, como atravesar paredes, pero al pasar a otro haz, se reemplaza la habilidad. La interacción entre estas diversas mecánicas es clave para la progresión del juego.

 

Exploración y filosofía en un mundo de puzles

A medida que los jugadores resuelven puzles y completan etapas, se va despejando la niebla de guerra que oculta el extenso mapa del juego. El inicio se centra en la unión de varios personajes, quienes luego se embarcan en desafíos más complejos. Blow anticipa que la mayor parte de la experiencia radicará en la combinación de puzles de diferentes mundos, como la fusión de mecánicas de bloques, rayos y espejos. La duración estimada de 500 horas para un jugador completista es una declaración de intenciones sobre la profundidad del título.

Profundidad filosófica y jugable

Más allá de la complejidad mecánica, Blow insinúa que el juego aborda temas filosóficos y espirituales a través de su narrativa. El objetivo es que los jugadores reflexionen sobre sus propias motivaciones y el porqué de sus acciones dentro del juego. Aunque la duración estimada es considerable, el juego no obligará a los jugadores a completar cada rincón del mapa para alcanzar el final. Se podrá completar la aventura principal sin necesidad de invertir las 500 horas estimadas para los completistas.