• Brad Smith, uno de los primeros pacientes de Neuralink, ha conectado una webcam a su ordenador controlado por la mente.
  • Esta adaptación le permite una mayor interacción visual y control sobre su entorno digital, más allá de las funcionalidades iniciales.
  • La iniciativa, aunque desconcertante para Neuralink, demuestra la creatividad de los usuarios para maximizar el potencial de la tecnología BCI.

Brad Smith, paciente de Neuralink con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), ha demostrado cómo los usuarios de interfaces cerebro-computadora (BCI) pueden ir más allá de las funciones previstas por los desarrolladores. Smith, quien recibió su implante cerebral en noviembre de 2024, ha integrado una webcam a su sistema, permitiéndole controlar su ordenador con la mente y, a su vez, manejar la cámara para obtener una visión más amplia de su entorno. Esta adaptación, que inicialmente desconcertó a los ingenieros de Neuralink, resalta la capacidad de los usuarios para innovar y personalizar la tecnología BCI a sus necesidades específicas.

Adaptación de la BCI para el día a día

La decisión de Smith de conectar una webcam a su ordenador, controlado mediante sus pensamientos, no fue comprendida inicialmente por el equipo de Neuralink. "Neuralink estaba realmente confundido con la idea", comentó Smith a The Verge. Sin embargo, esta integración le ha permitido, por ejemplo, seguir los movimientos de su hijo en el campo de fútbol o ver las expresiones faciales de los invitados en la mesa. La cámara, una Insta360 Link 2, se ha convertido en una extensión de su capacidad para interactuar con el mundo, demostrando que la utilidad de un BCI depende en gran medida de la ingeniosidad del usuario. Smith ha investigado y adaptado la tecnología para que se ajuste a su experiencia vital.

Mejorando la interacción visual

El BCI de Smith reemplazó su anterior software de seguimiento ocular, Eyegaze, que resultaba fatigoso y dependiente de condiciones lumínicas específicas. Con el control mental del cursor, Smith puede ahora interactuar con la webcam, ajustando el paneo y el zoom para capturar detalles o seguir movimientos. Esta funcionalidad le permite, por ejemplo, ver fotografías ampliadas o mantener el contacto visual durante videollamadas. La compañía Insta360 colaboró con Smith para optimizar el panel de control de la cámara, permitiendo movimientos más rápidos y precisos, lo que subraya la importancia de la retroalimentación del usuario en el desarrollo tecnológico. Neuralink ha mostrado interés en estas adaptaciones para futuros usuarios.

La creatividad del usuario en la tecnología BCI

Nathan Copeland, otro usuario de BCI con una década de experiencia con implantes de Blackrock Neurotech, considera estas adaptaciones como un movimiento lógico. "Los BCI son solo una herramienta", afirmó Copeland, quien ha utilizado su implante para controlar brazos robóticos y jugar videojuegos. Señala que la vida diaria con BCI sigue siendo una "mezcla" de software y hardware que requiere constantes ajustes y soluciones creativas. Copeland destaca que los BCI otorgan mayor autonomía a personas con limitaciones de movilidad, pero la clave reside en encontrar el software y hardware adecuados para adaptarse al mundo. La experiencia de Smith con la webcam es un claro ejemplo de esta necesidad de "apañar" soluciones.

Soluciones cotidianas para desafíos complejos

Antes de la integración de la BCI y la webcam, Smith ya empleaba soluciones ingeniosas para superar sus limitaciones físicas. Utilizó un simple cascabel para perros como botón de llamada de enfermería y un micrófono para amplificar su voz. Ahora, programa frases frecuentes en su software de texto a voz para participar activamente en conversaciones. Ian Burkhart, otro usuario de BCI, enfatiza que la discapacidad a menudo impulsa la creatividad, obligando a las personas a encontrar soluciones innovadoras. La capacidad de Smith para mejorar su experiencia con el BCI es un testimonio del potencial de estas tecnologías en la vida cotidiana.

El futuro de las interfaces cerebro-computadora

Brad Smith visualiza un futuro donde los BCI se integren de forma fluida con dispositivos cotidianos, desde electrodomésticos inteligentes hasta brazos robóticos, e incluso para controlar su propia silla de ruedas. "En un sentido más amplio, está abriendo puertas para que todos los pacientes de ELA se mantengan productivos, sociales y esperanzados", afirmó Smith. Considera que esta tecnología no solo es un avance técnico, sino una forma de "rehumanizarnos" y devolvernos la agencia en un mundo donde los cuerpos fallan. La esperanza reside en que la tecnología BCI permita una mayor independencia y calidad de vida.