- Se han detectado biomarcadores de opio en el residuo de una vasija de alabastro egipcia.
- El hallazgo sugiere que el uso de opiáceos estaba integrado en la vida cotidiana de los antiguos egipcios.
- Los investigadores proponen reevaluar otras vasijas similares, incluidas las de la tumba de Tutankamón.
Científicos han encontrado rastros de opiáceos antiguos en el revestimiento de una vasija de alabastro egipcia, lo que indica que el uso de estas sustancias estaba tejido en la cultura de la época. Según un artículo publicado en el *Journal of Eastern Mediterranean Archaeology*, el consumo de opiáceos podría haber sido una constante en la vida diaria.
Evidencia química en vasijas de alabastro
En los últimos años, la arqueología se ha beneficiado de la farmacología aplicada a artefactos excavados. Investigaciones previas ya habían sugerido el uso de sustancias alucinógenas en diversas culturas antiguas, como la egipcia, griega, maya e inca, a menudo en contextos religiosos o rituales. El estudio actual se centró en una vasija de alabastro específica, conservada en la Colección Babilónica del Museo Peabody de Yale. La vasija, un hallazgo raro por estar intacta, contiene un residuo oscuro que los autores analizaron mediante técnicas no destructivas como la fluorescencia de rayos X portátil (pXRF) y la espectroscopía infrarroja de transformada de Fourier pasiva (pFTIR). Los resultados revelaron la presencia de biomarcadores distintivos del opio, como noscapina, hidrocotarnina, morfina, tebaína y papaverina.
Análisis de residuos y hallazgos previos
Este descubrimiento se suma a la identificación previa de residuos opiáceos en otras vasijas de alabastro egipcias y en ánforas chipriotas excavadas en una tumba de mercaderes al sur de El Cairo, datadas del Reino Nuevo (siglos XVI al XI a.C.). Los autores creen que estos hallazgos gemelos justifican una reevaluación de las suposiciones previas sobre las vasijas de alabastro egipcias, muchas de las cuales podrían contener también rastros de opiáceos antiguos. Sugieren que un buen punto de partida sería analizar las vasijas de la tumba de Tutankamón, excavadas por Howard Carter en 1922, que presentan residuos orgánicos similares.
El valor de los opiáceos en el Antiguo Egipto
La importancia de estos residuos se ve reforzada por el hecho de que los saqueadores de tumbas no actuaban de forma destructiva con las vasijas de alabastro, a diferencia de lo que hacían con los metales preciosos. En su lugar, transferían el contenido orgánico a bolsas portátiles, dejando marcas de dedos y restos de cuero en muchas de las vasijas. Esto sugiere que el contenido era valioso y se trataba con cuidado. Los autores concluyen que es muy posible que muchas de las vasijas de calcita restantes contuvieran opiáceos como parte de una tradición egipcia de larga data que apenas comenzamos a comprender. Las vasijas que aún conservan su contenido original son candidatas ideales para análisis futuros, lo que podría aclarar aún más el papel del opio en estas sociedades antiguas.
Marcadores culturales y uso cotidiano
El coautor Andrew Koh, del Museo Peabody de Yale, señaló que se han encontrado firmas químicas de opio tanto en vasijas de alabastro asociadas a élites mesopotámicas como en contextos culturales más ordinarios dentro del antiguo Egipto. Esto sugiere que estas vasijas podrían haber sido marcadores culturales reconocibles del uso de opio en la antigüedad, de manera similar a como las pipas de agua hoy se asocian al consumo de tabaco shisha. El análisis de los contenidos de las vasijas de la tumba del rey Tutankamón podría arrojar más luz sobre la extensión y la naturaleza de este uso.