• El huracán Melissa, uno de los más fuertes registrados, se vio intensificado por aguas oceánicas inusualmente cálidas.
  • Un nuevo estudio de atribución rápida sugiere que el cambio climático hizo que el ciclón tropical fuera cuatro veces más probable.
  • Se estima que el cambio climático aumentó la velocidad del viento de Melissa un 7% y los daños un 12%.

El huracán Melissa se ha convertido en uno de los ciclones atlánticos más potentes jamás registrados, impulsado por temperaturas oceánicas inusualmente altas. Una investigación reciente, realizada por el Imperial College de Londres, indica que el cambio climático provocado por el ser humano multiplicó por cuatro la probabilidad de que se formara un ciclón de esta magnitud. El huracán ha causado estragos en el Caribe, con vientos de hasta 297 km/h y lluvias torrenciales que han devastado comunidades enteras y provocado al menos 40 muertes hasta la fecha.

Impacto del cambio climático en huracanes

El estudio, que utilizó el modelo IRIS del Imperial College para simular las condiciones climáticas preindustriales y actuales, determinó que el calentamiento global aumentó la velocidad del viento del huracán Melissa en un 7%. Esto, a su vez, se tradujo en un incremento del 12% en los daños materiales. Los expertos calculan que las pérdidas económicas podrían ascender a decenas de miles de millones de dólares, lo que representa una carga devastadora para economías como la de Jamaica, cuyo PIB ronda los 20.000 millones de dólares. Estos hallazgos subrayan la creciente evidencia de cómo el calentamiento de los océanos, impulsado por las emisiones de gases de efecto invernadero, está alimentando la formación de tormentas tropicales más intensas.

Frecuencia y severidad de las tormentas

El modelo sugiere que un huracán de la severidad de Melissa era excepcionalmente raro en la región, con una probabilidad de impacto en Jamaica de una vez cada 8.000 años en un clima preindustrial. Sin embargo, con el nivel de calentamiento actual, se espera que una tormenta así ocurra una vez cada 1.700 años. Este tipo de análisis cuantitativos son cruciales para comprender y comunicar los impactos del cambio climático, especialmente en momentos en que los fenómenos meteorológicos extremos captan la atención pública y de los responsables políticos.

Intensificación rápida y sus causas

El huracán Melissa ha batido varios récords, incluyendo ser el ciclón más fuerte en impactar Jamaica y la tormenta más intensa registrada en el Atlántico tan tarde en la temporada. Experimentó dos rondas de intensificación rápida, un fenómeno en el que la velocidad del viento de un huracán aumenta significativamente en un corto período. Esto se debe a una combinación de factores, como las aguas cálidas, la baja cizalladura del viento y la alta humedad atmosférica. Las temperaturas del agua en el Caribe central, hasta 1,4 grados Celsius más cálidas de lo normal, proporcionaron una enorme cantidad de energía que ayudó a potenciar el huracán.

Condiciones favorables para la intensificación

La profundidad del agua cálida fue un factor clave, ya que proporcionó una reserva de energía considerable para alimentar el huracán. Si bien la predicción de la trayectoria de las tormentas es cada vez más precisa, la intensificación rápida sigue siendo un desafío. La investigación apunta a que el cambio climático está aumentando la probabilidad de condiciones propicias para este tipo de intensificación extrema, haciendo que tormentas como Melissa sean más comunes y potentes.

Respuesta y consecuencias en el Caribe

Jamaica fue la más afectada, con colapsos de viviendas, inundaciones generalizadas y un aumento del riesgo de deslizamientos de tierra. En Haití, el número de fallecidos fue el más alto, con al menos 25 personas muertas. La respuesta de Estados Unidos a través de equipos de respuesta a desastres se ha visto afectada por recortes en agencias clave para la ayuda humanitaria. A pesar de la dedicación de los empleados federales, la preocupación por los recursos y el personal limitados en la predicción de huracanes persiste, aumentando el riesgo de fallos en el futuro. La comunidad internacional y los gobiernos deberán aumentar la ayuda para la recuperación y reconstrucción en las zonas afectadas.