• La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA) de EE. UU. ha iniciado una investigación sobre un modo de conducción de Tesla.
  • El modo, apodado 'Mad Max', fue introducido recientemente mediante una actualización de firmware y ha recibido quejas por exceder los límites de velocidad.
  • La NHTSA ha confirmado estar en contacto con Tesla para recopilar información adicional, recordando que el conductor es el responsable de la seguridad vial.

La compañía de Elon Musk se encuentra nuevamente bajo el escrutinio de las autoridades federales. La NHTSA ha anunciado que está investigando uno de los modos de conducción automatizada de Tesla, conocido como 'Mad Max', debido a quejas de usuarios en redes sociales que reportan que los vehículos superan los límites de velocidad establecidos. Este modo, junto con otro llamado 'Sloth', fue añadido a los vehículos a través de una actualización de firmware a principios de este mes.

La agencia reguladora declaró a Reuters que está en contacto con el fabricante para obtener más detalles, y enfatizó que la responsabilidad final de la conducción y el cumplimiento de las leyes de tráfico recae en el conductor humano. Esta investigación se suma a las preocupaciones previas sobre las funciones de conducción semiautomatizada de Tesla, como el sistema 'Full Self-Driving' (FSD), que ya ha sido objeto de escrutinio por parte de los reguladores durante años. La naturaleza de un modo de conducción semiautomatizado que lleva el nombre de un personaje conocido por su velocidad y comportamiento temerario en un entorno distópico, inevitablemente atraería la atención de los organismos de seguridad.

Este incidente ocurre poco después de que la NHTSA abriera otra investigación sobre Tesla a principios de mes, relacionada con informes de que sus vehículos no respetaban las señales de stop mientras utilizaban el FSD. Además, la compañía recientemente perdió una demanda por homicidio involuntario relacionada con su sistema Autopilot, lo que podría costarle 329 millones de dólares. La creciente lista de investigaciones y litigios subraya los continuos desafíos regulatorios y de seguridad que enfrenta Tesla.