• Se desvela una trama de estafa en partidas de póker de alto nivel que involucra a presuntos miembros de la mafia y figuras de la NBA.
  • Los estafadores habrían utilizado dispositivos hackeados para barajar cartas, permitiéndoles conocer el orden del mazo y predecir las manos de los jugadores.
  • Se estima que la organización logró obtener más de 7 millones de dólares a través de estas trampas y otros métodos tecnológicos.

 

El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha desvelado una compleja trama de estafa en partidas de póker de alto nivel que presuntamente involucra a miembros de familias de la mafia y a dos conocidos nombres de la NBA: Chauncey Billups, entrenador de los Portland Trail Blazers, y Damon Jones, exjugador y entrenador asistente. La acusación detalla cómo se organizaban partidas privadas de póker, atrayendo a víctimas con la promesa de jugar contra estrellas de la NBA para luego despojarlas de grandes sumas de dinero.

 

La investigación señala que los estafadores utilizaban múltiples sistemas de alta tecnología para hacer trampas, siendo uno de los métodos principales el hackeo de barajadoras automáticas de cartas, como el modelo Deckmate 2. Estos dispositivos, diseñados para barajar mazos con aleatoriedad perfecta, incorporan una cámara interna que puede observar cada carta. Los hackers supuestamente modificaban el código de estas máquinas a través de un pequeño dispositivo conectado a su puerto USB, permitiendo transmitir el orden del mazo vía Bluetooth a una aplicación móvil. Con esta información, los estafadores podían predecir con exactitud las manos de todos los jugadores en partidas de Texas Hold'em.

 

Según la acusación, las víctimas fueron engañadas por más de 7 millones de dólares a lo largo de varios años. El FBI ha declarado que estos individuos emplearon tecnología y engaño para estafar a inocentes, canalizando el dinero hacia la Cosa Nostra. Aunque la empresa fabricante de las barajadoras, Light & Wonder, ha afirmado haber mejorado la seguridad de sus dispositivos, los expertos advierten que las máquinas de segunda mano o del mercado negro podrían no haber recibido estas actualizaciones, representando un riesgo constante en partidas privadas no reguladas. Además de las barajadoras hackeadas, la trama también habría empleado cartas con marcas invisibles, bandejas de fichas electrónicas y gafas o lentes de contacto especiales para leer las marcas de las cartas.