La nueva versión de Frankenstein de Guillermo del Toro ha sido recibida con entusiasmo por la crítica especializada, alcanzando una puntuación destacada de 78 en Metacritic. El filme marca un regreso triunfal del director mexicano a su territorio favorito: el del mito reimaginado con alma y belleza.
Una reinterpretación personal y conmovedora del clásico de Mary Shelley.
Los analistas coinciden en que Frankenstein no es una simple revisión del mito conocido, sino una obra profundamente personal que refleja décadas de experiencia y sensibilidad cinematográfica. La película despliega una narrativa de escala épica, impregnada de melancolía y ternura, que redefine los límites entre lo monstruoso y lo humano.
Una de las obras más ambiciosas y emotivas de Del Toro.
La crítica subraya que este "Frankenstein" es un logro deslumbrante, una respuesta poderosa a la idea de que los proyectos largamente soñados suelen caer en la mediocridad. Del Toro demuestra lo contrario: reinventa lo familiar para crear algo que se siente nuevo, extraño y profundamente humano.
Una historia trágica contada con belleza y pasión.
Aunque algunos se resisten a catalogarla como una obra maestra absoluta, la mayoría coincide en que representa la culminación de más de tres décadas de carrera cinematográfica. Su tono sombrío y crudo no impide que la película emocione: la producción brilla por su romanticismo desbordante, su estética suntuosa y su carga melodramática, abordando temas universales como el amor, el rechazo y la relación entre padres e hijos.
El reparto está a la altura del material.
Las interpretaciones de Jacob Elordi, Oscar Isaac y Mia Goth han sido ampliamente aclamadas por su intensidad y humanidad. Cada uno aporta una dimensión emocional distinta, anclando la fantasía en un realismo conmovedor y haciendo que los personajes trasciendan su propia tragedia.
Una mirada visualmente poética sobre la soledad y el rechazo.
Del Toro convierte la soledad inherente al mito en una serie de tableaux impactantes, donde Victor y su Criatura comparten un lazo de mutuo odio y comprensión. Uno no puede apagar su corazón; el otro, nunca lo encendió. Ese contraste, tan doloroso como hermoso, genera una empatía que perdura más allá de la pantalla.
Un nuevo hito en la filmografía de Del Toro.
En definitiva, Frankenstein se perfila como una de las producciones más poderosas, románticas y personales del cineasta. Con su mezcla de ternura y terror, confirma que Guillermo del Toro sigue siendo un maestro capaz de encontrar humanidad incluso en los monstruos.