- China planea instalar centros de datos submarinos cerca de Shanghái.
- El objetivo es usar la refrigeración natural del océano para reducir el consumo energético en un 90%.
- Se espera que la mayor parte de la energía provenga de parques eólicos marinos, con un 95% de fuentes renovables.
China está liderando una iniciativa ambiciosa para construir centros de datos submarinos, una idea que hasta ahora parecía sacada de la ciencia ficción. La empresa Highlander Digital Technology está preparando el despliegue de una serie de módulos de computación sumergidos frente a la costa de Shanghái. Estas instalaciones utilizarán las corrientes oceánicas para refrigerar servidores de alto rendimiento, eliminando la necesidad de sistemas mecánicos convencionales y prometiendo una reducción de hasta el 90% en el consumo energético asociado a la refrigeración. Este proyecto se alinea con el impulso del gobierno chino hacia una infraestructura más ecológica y servirá a clientes importantes como China Telecom y una compañía estatal de herramientas de inteligencia artificial.
Los ensayos previos realizados frente a la isla de Hainan sugieren un ahorro significativo de energía y agua. Se estima que estos métodos podrían ahorrar más de 122 millones de kWh de electricidad y 105.000 toneladas de agua anualmente. La energía para el despliegue de Shanghái provendrá principalmente de parques eólicos marinos cercanos, con el objetivo de que el 95% de la energía consumida sea renovable. Aunque esta iniciativa representa un paso importante en la reducción de la huella de carbono de la infraestructura digital a nivel global, persisten importantes desafíos logísticos y técnicos.
Este no es el primer experimento de este tipo, pero la viabilidad a largo plazo sigue siendo un debate abierto. Microsoft ya llevó a cabo pruebas similares con su "Project Natick" entre 2013 y 2024, colocando módulos de servidores sellados cerca de Escocia. Los resultados preliminares indicaron una tasa de fallo menor en comparación con los sistemas terrestres. Sin embargo, Microsoft abandonó el proyecto, probablemente debido a las dificultades inherentes a las actualizaciones de hardware, las reparaciones y el acceso en entornos tan remotos. Expertos se muestran cautelosos ante el proyecto chino, señalando posibles vulnerabilidades a interferencias o ataques acústicos, y cuestionando la logística del mantenimiento y la sustitución de equipos sin operaciones de recuperación costosas. El plan chino, por tanto, evidencia tanto ambición como incertidumbre sobre si representa la próxima frontera de la computación sostenible o los límites de lo práctico en la intersección de la tecnología y el océano profundo.