• El escritor Robert Shearman considera que la serie se encuentra en su peor momento histórico, incluso peor que la pausa de 16 años entre 1989 y 2005.
  • Shearman destaca que, a diferencia de anteriores periodos de inactividad, ahora no hay un Doctor establecido que mantenga viva la continuidad en productos derivados.
  • La incertidumbre sobre el futuro de la serie se agrava por la reciente aparición de Billie Piper y la falta de explicaciones sobre su papel, lo que paraliza la narrativa.

El guionista Robert Shearman ha expresado una visión sombría sobre el estado actual de Doctor Who, calificándola como "probablemente nunca ha estado más muerta". Sus declaraciones, recogidas en la revista oficial de la serie, sugieren que la situación actual es más grave que el hiato de 16 años que sufrió la producción entre 1989 y 2005.

Shearman argumenta que, durante el periodo anterior a la revitalización de la serie en 2005, existía una continuidad a través de la figura del Doctor en novelas y cómics, ya fuera el Séptimo Doctor de Sylvester McCoy o el Octavo Doctor de Paul McGann. Ahora, la falta de un Doctor definido y la pausa indefinida en la producción impiden que cualquier nuevo material se sienta como una continuación natural.

La complejidad se acentúa con las recientes decisiones narrativas, como la secuencia de regeneración de Ncuti Gatwa y la inesperada aparición de Billie Piper en el final de temporada. Shearman señala que esta ambigüedad, sin una explicación oficial sobre el rol de Piper, deja la narrativa en un punto muerto y dificulta la creación de nuevo contenido.