- Las estatuas moai se transportaban en posición vertical mediante un movimiento de balanceo, utilizando cuerdas para hacerlas "caminar".
- Las estatuas encontradas en las carreteras de transporte presentaban bases más anchas y una inclinación frontal deliberada para facilitar este movimiento.
- Este método, que requería equipos modestos de entre 20 y 50 personas, explica cómo una cultura de la Edad de Piedra pudo mover monumentos de hasta 92 toneladas.
La enigmática forma en que los antiguos habitantes de la Isla de Pascua transportaron sus colosales estatuas moai ha sido objeto de debate durante décadas. Una nueva investigación, que combina modelado 3D de la física y pruebas de campo, respalda la hipótesis de que las estatuas se movían en posición vertical mediante un ingenioso método de balanceo, haciendo que "caminaran" a lo largo de caminos especialmente diseñados. Esta teoría, defendida por el arqueólogo Carl Lipo, sugiere que un equipo de trabajadores con cuerdas podía lograr este movimiento en zigzag.
Los hallazgos se basan en el análisis de 62 estatuas encontradas a lo largo de antiguas rutas de transporte. Estas estatuas, a diferencia de las que se encuentran en las plataformas ceremoniales (ahu), presentan bases significativamente más anchas en relación con su anchura de hombros, lo que les confiere una mayor estabilidad. Además, muestran una pronunciada inclinación frontal de entre 6 y 15 grados, una característica que, según los investigadores, facilitaba el movimiento al hacer que la estatua se inclinara hacia adelante al ser balanceada lateralmente, utilizando el borde frontal redondeado como punto de pivote.
Las pruebas de campo realizadas con una réplica a escala de una estatua de 4,35 toneladas demostraron la viabilidad de este método. Se necesitaron 18 personas para lograr el movimiento de balanceo y avanzar la estatua 100 metros en tan solo 40 minutos. Este avance se explica por la dinámica del péndulo, que minimiza la fricción y explota principios de resonancia. Los investigadores estiman que, con equipos de entre 20 y 50 personas, las estatuas reales podrían haber sido movidas varios kilómetros a lo largo de semanas. Este descubrimiento no solo arroja luz sobre las proezas de ingeniería de la cultura Rapa Nui, sino que también desafía las suposiciones previas sobre la necesidad de grandes cantidades de mano de obra y métodos de transporte horizontal.