- George Miller cree que la IA es una herramienta que democratizará la creación de películas, haciéndola accesible a cualquiera con vocación.
- Compara la controversia actual sobre la IA con la introducción de la pintura al óleo durante el Renacimiento y la llegada de la fotografía.
- Miller enfatiza que la IA, aunque evoluciona dinámicamente, no puede reemplazar la 'esencia humana' ni la especificidad de una actuación.
George Miller, el aclamado director detrás de la saga Mad Max, ha compartido su perspectiva optimista sobre el papel de la inteligencia artificial en la industria cinematográfica. A diferencia de muchos en Hollywood que temen su impacto, Miller compara la llegada de la IA con momentos cruciales en la historia del arte, como la introducción de la pintura al óleo durante el Renacimiento, que amplió las posibilidades creativas de los artistas. Según Miller, la IA representa una evolución natural del arte, similar a cómo la fotografía se estableció como una forma artística propia sin anular la pintura.
El cineasta destaca que la inteligencia artificial es una herramienta "mucho más igualitaria" que permitirá que la narración audiovisual "esté disponible para cualquiera que tenga vocación". Miller señala que incluso jóvenes menores de quince años ya están utilizando la IA para crear o ensamblar metraje sin necesidad de grandes recursos económicos. Para él, la IA es "la herramienta que evoluciona más dinámicamente en la creación de imágenes en movimiento", y aunque reconoce que "la IA está aquí para quedarse y cambiar las cosas", el debate se centra en el equilibrio entre la creatividad humana y la capacidad de la máquina.
A pesar de su visión positiva, Miller es claro al afirmar que la IA no representa una amenaza fundamental porque carece de la "esencia humana" indispensable en el arte. Citando una conversación previa sobre la recreación de Marlon Brando mediante software, Miller insiste en que una IA puede imitar la apariencia de un actor, pero no capturar la profundidad, la conexión y la complejidad de una actuación que surge de la colaboración entre intérpretes, directores y guionistas. La verdadera esencia de un artista, concluye, es insustituible.