- Más de la mitad de las compañías niponas de videojuegos (51%) emplean IA en el desarrollo.
- Los usos más comunes incluyen la generación de assets visuales, textos, asistencia en programación y desarrollo de motores propios.
- Empresas como Level-5 y Capcom ya están integrando activamente estas tecnologías, mientras que Nintendo se mantiene cautelosa por motivos de derechos de autor.
Una reciente encuesta de la Computer Entertainment Supplier’s Association (CESA) ha puesto de manifiesto un punto de inflexión en la adopción de la inteligencia artificial dentro de la industria del videojuego en Japón. El estudio, realizado entre junio y julio, revela que el 51% de las empresas miembro de CESA, que abarcan desde grandes desarrolladores como Capcom, Level-5, Square Enix y Sega, hasta estudios independientes, están utilizando la IA en alguna de sus facetas de desarrollo.
Los principales campos donde se está aplicando esta tecnología son la generación de elementos visuales para los juegos, la creación de narrativas y textos, y la asistencia en tareas de programación. Además, un significativo 32% de estas compañías también ha informado de que emplea IA para el desarrollo de sus propios motores de juego internos. Mientras que algunas empresas como Level-5 están integrando la IA de forma extensiva en procesos que van desde la mejora de la calidad visual hasta la creación de personajes y la generación de código, otras como Nintendo han optado por una postura más conservadora, citando preocupaciones sobre derechos de autor.
La discusión sobre el potencial de la IA generativa en el sector del entretenimiento interactivo es intensa, y su rápida implantación en Japón sorprende. Si bien el uso de la IA para agilizar tareas repetitivas en codificación o animación es un caso de uso frecuentemente mencionado, la idea de que pueda reemplazar a artistas humanos ha generado una considerable controversia. Por otro lado, voces como la de Swen Vincke, CEO de Larian Studios, subrayan que la IA es una herramienta para aumentar la eficiencia, sin que ello signifique la sustitución del componente creativo humano, como demuestra la reciente contratación de quince nuevos artistas conceptuales en su estudio para solventar cuellos de botella.