- El director de Final Fantasy VII Remake, Naoki Hamaguchi, pide comprensión hacia las tarjetas de juego de Switch 2.
- Argumenta que estas tarjetas facilitan el desarrollo y mejoran la velocidad de carga en comparación con los cartuchos.
- Los jugadores critican las tarjetas por requerir descargas y ocupar espacio de almacenamiento, además de plantear dudas sobre la preservación a largo plazo.
Naoki Hamaguchi, director de la aclamada saga Final Fantasy VII Remake, ha salido en defensa de las controvertidas tarjetas de juego para la próxima consola Nintendo Switch 2. Estas tarjetas, que contienen solo una clave de descarga en lugar del juego completo, han generado descontento entre los jugadores, quienes las consideran un híbrido poco práctico entre lo físico y lo digital. Hamaguchi, en una entrevista reciente, ha instado a los aficionados a comprender las razones detrás de esta práctica, señalando que desde la perspectiva de los desarrolladores, estas tarjetas ofrecen ventajas significativas.
La principal argumentación de Hamaguchi se centra en las limitaciones técnicas de los cartuchos físicos y las crecientes dimensiones de los juegos modernos. Las tarjetas de juego eliminan las restricciones de memoria de los cartuchos, permitiendo a los desarrolladores crear experiencias más ambiciosas sin preocuparse por el espacio. Además, las descargas a través de estas claves se benefician de la velocidad del SSD de la Switch 2, resultando en tiempos de carga más rápidos que los que ofrecerían los cartuchos. A pesar de las quejas de los jugadores sobre la necesidad de descargas y el consumo de almacenamiento interno, Hamaguchi sugiere que aceptar esta modalidad podría abrir nuevas oportunidades creativas para los desarrolladores.
Sin embargo, la postura de Hamaguchi no alivia las preocupaciones de una parte de la comunidad de jugadores. Las críticas se centran en la inconveniencia de tener que descargar juegos completos, la necesidad de espacio de almacenamiento adicional (lo que a menudo implica comprar tarjetas SD de gran capacidad) y las dudas sobre la preservación a largo plazo de los títulos. La dependencia de una conexión a internet para la activación inicial y, en algunos casos, para el juego offline, plantea interrogantes sobre el acceso futuro a estos juegos una vez que la consola deje de tener soporte. La situación refleja un debate más amplio en la industria sobre el futuro del formato físico frente al predominio del digital.