- Hideki Kamiya cree que la colaboración con editoras japonesas habría dado más libertad creativa a PlatinumGames para Scalebound.
- Sugiere que las editoras occidentales priorizan formatos probados, mientras que las japonesas son más pacientes con la invención de nuevas mecánicas.
- Kamiya asume la responsabilidad final del fracaso de Scalebound, pero considera que la experiencia con editoras extranjeras le ha enseñado lecciones valiosas.
Hideki Kamiya, conocido por su trabajo en sagas como Okami y Bayonetta, ha compartido su opinión sobre el desarrollo del cancelado juego de Xbox, Scalebound. Según el director, la falta de un editor japonés podría haber sido un factor determinante en su cancelación. Kamiya percibe una diferencia fundamental en la cultura de desarrollo entre Oriente y Occidente: mientras que las editoras japonesas tienden a ser más comprensivas y pacientes con la experimentación y la creación de mecánicas de juego innovadoras, las occidentales prefieren apostar por ideas ya contrastadas y exitosas.
El director ejemplifica esta idea con mecánicas únicas como el 'Witch Time' de Bayonetta o el 'Celestial Brush' de Okami, las cuales considera invenciones que solo esos juegos podían tener. En el caso de Scalebound, la ambición de controlar simultáneamente a un humano y un dragón, sin un referente claro, generó dudas en la editora. Kamiya cree que, de haber contado con una editora japonesa, el proceso de desarrollo habría sido diferente, con conversaciones más orientadas a encontrar soluciones conjuntas y una mayor flexibilidad.
A pesar de estas reflexiones, Kamiya no exime de responsabilidad ni a PlatinumGames ni a sí mismo del fracaso del proyecto. No obstante, recalca que la experiencia de trabajar con editoras extranjeras le ha proporcionado una perspectiva valiosa para futuras colaboraciones. El director ha expresado públicamente su deseo de revivir Scalebound en el pasado, y aunque Phil Spencer, CEO de Xbox Game Studios, ha sido evasivo al respecto, Kamiya mantiene la esperanza de que la oportunidad surja de nuevo, aprovechando las fortalezas de ambos enfoques editoriales.