• Arabia Saudí, a través de su Fondo de Inversión Pública (PIF), ha invertido miles de millones en el sector del videojuego y los esports.
  • La adquisición de Electronic Arts por 55.000 millones de dólares es la última de una serie de movimientos estratégicos.
  • El objetivo es diversificar la economía saudí, dependiente del petróleo, y posicionarse como un líder global en entretenimiento digital para 2030.

Arabia Saudí está realizando una inversión masiva en la industria del videojuego y los esports, con el objetivo de diversificar su economía y convertirse en un actor clave a nivel mundial. El Fondo de Inversión Pública (PIF) del reino ha estado adquiriendo participaciones importantes en diversas compañías del sector, siendo la más reciente la operación de 55.000 millones de dólares para privatizar Electronic Arts. Esta estrategia forma parte de un plan más amplio que busca reducir la dependencia del petróleo y potenciar otros sectores como el entretenimiento digital.

La iniciativa saudí se canaliza principalmente a través de su brazo inversor, Savvy Games Group, fundado en 2021. Este grupo ha adquirido empresas como Scopely (propietaria de Niantic, creadora de Pokémon Go) y ESL FACEIT Group, consolidando su presencia en el mercado de los esports. Además, el PIF ha invertido en compañías como Activision Blizzard, Capcom, Nintendo y Take-Two Interactive. El objetivo a largo plazo es ambicioso: liderar la industria del videojuego para 2030, creando empleo y contribuyendo significativamente al PIB del país.

La estrategia nacional para los videojuegos y esports de Arabia Saudí incluye la creación de un gran centro de entretenimiento y turismo en Riad, el Qiddiya Esports and Gaming District, que aspira a atraer millones de visitantes anuales y albergar cientos de empresas de desarrollo. Si bien las motivaciones económicas son claras, estas inversiones también han generado controversia, con acusaciones de 'sportswashing' debido al historial de derechos humanos del reino. No obstante, el potencial de crecimiento del mercado de videojuegos, que se espera supere los 300.000 millones de dólares para 2028, impulsa esta decidida apuesta saudí por el futuro digital.